No conocía a éste autor, me llegó a través de una reseña en foroKd
Lo primero que me atrajo, sin ninguna duda, fue la temática, viajes y aventuras espaciales, después el tamaño de los libros, ninguno pasa de 250 páginas, de hecho ninguno llega ...
Pues nada, a leerlos, me dije. Y no me arrepiento nada, son muy cortitos, con un lenguaje muy simple, salvo algún término náutico, que no supone ningún problema.
Son aventuras, sin más complicaciones, bueno sí, con muchas complicaciones pero para el personaje principal y acompañantes je je je ... a nivel de lectura son una maravilla, sencillos y adictivos, realmente no es fácil prever lo que va a ocurrir, en cada uno te llevas una sorpresa.
Los recomiendo si te gusta la Ciencia Ficción ( suave, muy suave ... ) y las Aventuras.
RESUMEN :
Cuando la nave terrestre Explorador IV alcanzó el planeta Tschai su tripulación no sabía lo que le esperaba. Tschai estaba tan lejos de la Tierra que la señal de socorro que los había traido hasta allí podía haber tardado siglos en alcanzarles, fuera cual fuese el motivo que amenazaba al planeta, probablemente hacía mucho que se había producido.
Así que se establecieron en órbita en torno al planeta, y enviaron una nave a explorar, de pronto, un proyectil gris surgió del planeta, y la Explroador IV estalló en pedazos. La nave exploradora perdió el control y se estrelló en la superficie del planeta.
Sólo y herido en quel mundo alienígena, el explorador Adam Reith se vió frente a peligros que ni siquiera podía llegar a imaginar. Pero Reith no era un hombre que se acobardara. En su búsqueda del origen de la llamada de socorro y de aquel traidor ataque, pronto iba a saber que aquel mundo estaba poblado por cuatro razas, y a conocer a la primera de ellos, los Chasch, y sus traicioneros primos los Chasch azules...
RESUMEN :
Varado en el planeta Tschai tras ser destruida la nave que lo había llevado allí, Adam Reith acepta conducir una expedición para devolver a la princesa Ylin Ylan, la Flor de Cath, a su tierra natal al otro lado del globo.
Monstruos terrestres y marinos lo aguardan en su periplo, junto con seres humanos y alienígenas dispuestos a robarles, matarles o esclavizarles, porque Tschai es un antiguo planeta, donde cuatro poderosas razas alienígenas luchan por la supremacía, mientras que los seres humanos son tratados como peones.
Nada va a ser fácil para Reith en este viaje, pero el padre de la muchacha es inmensamente rico, y su país es tecnológicamente sofisticado.
Si Reith tiene alguna posibilidad de regresar alguna vez a la Tierra, ¿dónde puede conseguirla mejor que en Cath? Por supuesto, si puede llegar hasta allí ...
RESUMEN :
Regresar a la Tierra desde el planeta Tschai implicaba solamente construir una nave... o robarla, puesto que Tschai estaba poblado por cuatro razas inteligentes nacidas entre las estrellas y, como tales, disponían de espaciódromos.
Pero el problema no se presenta tan fácil para Adam Reith. Ya había sido bastante afortunado escapando de los Chasch y de los Wankh, y de una docena de tipos distintos de humanos. Ahora, su periplo lo conduce directamente hacia los grandes Espaciopuertos de Silvishe, en los dominios de los Dirdir. Pero los Dirdir son completamente distintos de los otros alienígenas que compiten por aquel mundo. Son rápidos, más siniestros, y sienten una insaciable necesidad de cazar.
Cuanto más se acerca a su objetivo, más difíciles se le ponen las cosas ...
RESUMEN :
Los Pnume eran una antigua raza del planeta Tschai que habitaban en las profundades, en una inmensa red de cavernas con sus esclavos humanos, los Pnumekin. Los Pnume eran los historiadores de Tschai, encargados de recopilar el pasado con una dedicada y erudita atención. Los seres de la superficie nunca veían a los Pnume... si eran afortunados.
Adam Reith no fue tan afortunado. Los Pnume habían oído rumores de un extraño hombre, que afirmaba haber llegado del planeta Tierra, y lo deseaban para Posteridad, el museo de la vida de Tschai. El destino de Adam Reith era pues el de convertirse en un espécimen a exhibir en un museo alienígena ...
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